sábado, 31 de mayo de 2008

God save Britney! (O una apología a la vida accidentada de Britney Spears)




Johnny Rotten, vocalista de los legendarios Sex Pistols, declaró a la prensa que estaría dispuesto a ayudar a Britney Spears. ¿Un disparate más del pseudo músico, o un acto de solidaridad con la otrora princesa del pop?

El vocalista de la desaparecida banda inglesa, declaró a la prensa que le gustaría componer un tema junto a Spears. Al parecer, él se siente identificado con el “comportamiento errático” de la cantante pop y por eso pretende ayudarla.

“Ella ha sido herida. Y el sufrimiento es la ruta esencial para la buena música. No he escrito una canción para Britney todavía pero me encantaría hacerlo. Quiero ayudarla porque es una chica que necesita un poco de ayuda”, declaró.

Britney, como casi todo el mundo sabe, ya no puede con su vida. La fama, el dinero, los paparazzi y un ex novio mantenido la han sumergido en una crisis de la cual, al parecer, está saliendo de a pocos. De ella han dicho de todo. Tiene problemas con el alcohol, con las drogas, no usa calzón cuando sale a la calle, es amiga de Paris Hilton, etc. Lo que nadie se ha preguntado es lo siguiente: ¿Cuántos años tiene Britney? 26 años. ¿Quién a los 26 años no quiere embriagarse, usar drogas, no usar ropa interior y ser amigo de Paris Hilton? Creo que si hacemos una encuesta al respecto, pronto empezará una idealización de Britney Spears.

Tiene hijos, lo sé. Pero tampoco es que el problema de Britney sea tan complejo. Muchos personajes no-públicos y no-amigos de Paris Hilton, se embriagan mucho más frecuentemente que Britney y no por eso están internados en un centro de rehabilitación. Britney nunca va a igualar la magnitud de los problemas de las grandes estrellas del rock. Morrison puede ser un ejemplo. Ya casi no hay de esos. Ahora solo hay payasos como un tal Pete Doherty.

Uno puede ser el mejor padre, pero durante las noches también necesita divertirse. Y es más, si uno cuenta con varios millones de dólares con los que pueda garantizar el bienestar de los hijos (nanas) mientras los padres duermen la borrachera, no creo que haya tanto problema.

Un psicólogo podría decirme que esa no es la mejor manera de criar a un hijo. Pero, ¿por qué se la agarran con Britney? Hay millones de niños en el mundo criados en condiciones mucho peores. Bueno, quizá sea porque Britney posee una belleza despampanante, es rubia, tiene fama alrededor del mundo, es millonaria… eso vende, ¿no?



P.D. Si quieren saber más sobre Johnny Rotten y los Sex Pistols visiten la siguiente web: http://punksunidos.com.ar/punksunidas/sexpistols/

domingo, 25 de mayo de 2008

Luz Silenciosa


La multipremiada película del mexicano Calos Reygadas (también premiada en el Festival de Cine de Lima) está en nuestra cartelera desde hace algún tiempo. Por diversos motivos, recién hace unos días pude verla. Pretendo dar una simple opinión:


Me pareció una típica película postmoderna. A quienes no les gusta el cine lento, con colores intensos o demasiado opacos, con una cámara enfocando cualquier cosa menos al personaje que es centro de la acción, etc., mi consejo es que deberían abstenerse.
El personaje central no quiere dejar a su amante, pero tampoco quiere perder a su familia. Lo común en estos casos sería convertir al personaje en un desgraciado, capaz de destruir un hogar por una aventura sexual. Esto sería aún peor si la película se inserta en un contexto estrictamente conservador y religioso, tal como se da en este caso.
Lo que hace Reygadas es lo contrario. Nuestro personaje se ve como una victima de sí mismo, como una victima de los sentimientos que a veces nacen entre los seres humanos y de los cuales no tenemos ningún control. En términos melodramáticos, podemos decir que él es victima de su corazón.
Él ama a su amante y no quiere dejarla, también ama a su familia y no quiere perderla. En ese caso ¿Qué podríamos hacer? El personaje central se nos presenta como una victima también.
La película quiere evitar las dos soluciones fáciles a este conflicto. No quiere convertir a nuestro personaje en un desgraciado destruye-hogares; pero tampoco quiere volverlo un fiel y afable papá, que ha perdido el control de su vida porque se la ha entregado a su familia, que ha perdido la pasión, el deseo, la intensidad y las ganas de vivir; un papá que ya no siente (ama), sino que está obligado a sentir (a amar).
En este sentido la película se hace muy interesante. El conflicto es tratado de una manera muy convincente y además las luces y los enfoques de la cámara nos refriegan en el rostro que esto es cine y pretende ser del bueno. La luz (silenciosa) se encarga de intensificar cada escena, llevándolas a un espacio superior; espacio en el cual se inserta toda la película. ¿Lo logra? Yo creo que sí, aunque como ya dije, no es una película que le vaya a fascinar al público acostumbrado al cine de fácil digestión.

sábado, 24 de mayo de 2008

Sin título



Sigo caminando por las nubes, y de pronto
¡Saz!
(Un trueno)






martes, 20 de mayo de 2008

Klee

Senecio

jueves, 1 de mayo de 2008

El cuento de los viernes

Esta semana había que escribir sobre un conflicto intergeneracional... aunque mi cuento terminó por otro lado.


Y de pronto, no pude ver más
Nuestra tragedia se hizo evidente cuando mi papá se quedó sin trabajo. Cuando digo “nuestra” me refiero a mi papá y a mí, al resto no le iba a ir mal.

Mi padre solía llegar a las diez. Comía y deambulaba un rato por la casa hasta que caía rendido a su cama. La mañana siguiente se levantaba muy temprano. Nuestra relación se limitaba a un buenos días papá y un beso y un buenas noches papá y un beso. Esta concepción cíclica del tiempo terminó un día en que papá no llegó.

En ese momento pensamos que su tardanza se debía a un exceso de trabajo y no le dimos importancia. A la mañana siguiente, cuando salía con mi hermana para ir a estudiar, nos topamos con papá en la puerta. Tenía la apariencia de haber estado ahí por toda la noche. Solo atinó a decir “hola hijos, buenos días”. Nos quedamos un poco preocupados, pero seguimos nuestro camino.

Papá era una persona adulta, él podía solucionar sus problemas solo. Pese a haberle dedicada su vida al trabajo, era un tipo que sabía divertirse. Era inteligente y divertido, aunque esa faceta suya nosotros no la conocíamos. Sus colegas de trabajo hablaban de él como un compañero bromista. Al parecer tenía un gran sentido del humor. Los fines de semana de vez en cuando salía con mamá. Cambiaba su terno oscuro por camisas rojas y coloridas. Tenía una personalidad incompatible pero así era papá.

A veces le preguntábamos a mamá por qué papá era así. Por qué era divertido y pegajoso con todos menos con sus hijos. Ella nos explicó que pese a que no lo aparentaba, nosotros éramos lo que él más quería. Si era tan trabajador, era porque nos amaba. Pagar nuestra educación y nuestra comida era su manera de compensar su falta de cariño. Trabajaba tanto para que no nos faltase nada, para poder darnos lo que su personalidad no nos podía dar. Nosotros éramos conscientes de que llevábamos una vida sin lujos ni riquezas, pero nuestras necesidades básicas estaban satisfechas; eso se lo agradecíamos mucho.

Cuando volví a casa, mamá nos juntó a todos en la mesa del comedor para darnos la noticia: papá había perdido el trabajo. Yo fui el único que pedí mayores explicaciones, pero papá estaba encerrado en su cuarto y mamá no sabía o no decía más. Mis hermanos eran pequeños, todavía no eran conscientes de lo que esto podría significar. Rebeca con las justas tenía once añitos. Mamá nos dijo que no había de qué alarmarse, pues con lo trabajador que era papá, muy pronto encontraría otro empleo. Pero esta respuesta a mí no me satisfizo.

Esa noche no pude hablar con papá, pero el día siguiente llegué temprano a la casa para poder verlo. Estaba en su cuarto, vestido con una pijama amarrilla. Me sorprendió mucho darme cuenta de que no veía la televisión, más bien escuchaba la radio. En las noches siempre veía la televisión mientras se dormía. Yo pensaba que el prefería ver la televisión que hacerle el amor a mamá. Al parecer todo esto había cambiado, ahora escuchaba la radio.

Me senté en su cama y pregunté: ¿Qué pasó? Él me respondió lo siguiente:
-La vida es así hijo. A veces uno llega a un punto en el cual tiene que ver para atrás y recordar todas las grandes hazañas que hizo en su vida. Por ejemplo, el día en que naciste. No sabes lo que fue. Era muy temprano y tu mamá me levantó por los dolores. Tuve que…-

Así, esa respuesta se convirtió en un monólogo en el cual mi papá empezó a recordar momentos, al parecer importantes, de su vida. No paró de hablar por más de dos horas. Primero el día en que nací, luego cuando aprendí a caminar, cuando nació Rebequita, cuando por su trabajo lo invitaron al Congreso, cuando conoció Estados Unidos, luego cuando nació Dieguito, etc.

No pude más. En un momento dije simplemente: papá, tengo que estudiar. Me fui y no quise voltear a ver su rostro. Me encerré en mi cuarto y pensé toda la noche en papá.

El día siguiente mis clases acabaron temprano así que decidí volver a intentarlo. Fui a hablar con papá. Lo encontré sentado en la sala, solo, fumando un cigarro. Veía unos recortes de periódico muy viejos, amarillos por el paso del tiempo. No los leía, simplemente los miraba muy fijamente como si a través de estos recortes pudiera ver un tiempo que ya nunca iba a regresar. Le dije: hola papá, ¿cómo estas? Él solo levantó la mirada por un instante, no dijo ninguna palabra.

Al ver que seguía viendo sus viejos recortes, quise enfrentarlo. Fui claro y directo. Papá, quiero saber por qué te han echado del trabajo, le dije.

-Ay hijo, son cosas que nunca entenderías. Aún te falta mucho por crecer, algún día aprenderás lo que es la vida…-

Al darme cuenta de que no me tomaba en serio, lo interrumpí diciendo: Papá, ya estoy grande. Ya estoy en la universidad, creo que me lo puedes decir.”

-Recién es tu primer ciclo, tienes mucho por aprender…-

Al ver que una vez más tampoco me tomaba en serio, me puse de pie y me fui.

El viernes no lo vi, mejor dicho, no quise verlo. Cuando llegó el sábado, a media mañana, entró a mi cuarto.

¿Tienes algo que hacer? –me preguntó. Quiero hablar contigo.

Me pidió que fuéramos a dar un paseo. Había colocado un cartel de “se vende” en el carro y quería que la gente lo viera. Además me dijo que tenía algunas cosas que hablar conmigo.

No se porque fui con él si no tenía ganas de hablar con nadie. Tal vez porque era mi papá después de todo. Pese a que nuestra relación nunca había sido de lo mejor, y específicamente ahora no atravesaba su mejor momento, él siempre había cumplido con sus deberes. Pese a no tener una vida de lujos, había podido terminar mi secundaria y ahora estaba en la universidad. Nunca me había faltado comida ni ropa. Del cariño y del amor se había encargado mamá, eso sí.
Medía hora más tarde, ya estábamos solos ante el transito limeño. Me llamó la atención el porque papá conducía tan lento. Además parecía nervioso, hasta se había olvidado que teníamos una conversación pendiente. Doblamos por una avenida que estaba vacía, éramos el único carro transitando por ahí.

En ese momento papá recordó nuestra conversación. Me dijo que si lo habían echado del trabajo era por algo que ni yo ni mamá sabíamos. Desde hace algún tiempo, me iba diciendo, he empezado a…

En ese momento dejé de prestar atención a sus palabras. Papá seguía acelerando y la luz del semáforo estaba en rojo. Ya estábamos muy próximos a él, no íbamos a poder parar. ¡Papá!, grité. Él, al parecer, no se había dado cuenta de nada. Sentí el impacto de un vehículo sobre mi puerta y cerré los ojos.

Bosé, un divo que hizo vibrar Lima (Una reseña del concierto de Miguel Bosé)

Con la seducción y el encanto de un amante bandido que ya paso la barrera de los 50, Bosé enamoró a casi 15 mil almas, en una noche que será difícil de olvidar. Un repertorio que incluía sus temas de hoy y de ayer, hizo que unos recordaran aquellas épocas ya muy lejanas e hizo también que otros recordaran épocas en las que ni siquiera habían nacido. Temas como “Morena mía”, ”Morir de amor” y “El hijo del capitán trueno” se encargaron de que nadie tomara asiento a lo largo de la noche y crearon una conexión entre el divo y su público que no muchos artistas son capaces de generar.

La cita era para las 8, pero a esa hora la explanada del Estadio Monumental solo albergaba a la mitad de su capacidad. Mientras tanto “Los chistosos” salieron al escenario para animar a la gente. Eran las 8:30, cuando el artista español apareció en el escenario vestido totalmente de negro. Para ese momento, la explanada del estadio ya se había llenado casi en su totalidad. La gente se puso de pie para nunca más volver a tomar asiento.

Bosé, en conversación con su público, nos invitó a acompañarlo en una travesía por su viejo repertorio. "Sujétense fuerte que el barco ya empieza su travesía" fueron sus palabras. Así fue como el público se enamoró al poder escuchar los primeros versos de “Te amaré”.

Así transcurrió toda la noche, entre baladas que se paseaban por el público arrancando suspiros y atrevidos y sugerentes bailes que generaron el éxtasis total. Vale recordar una frase que Bosé pronunció durante el concierto: “Nunca dejes de cantar Lima”.

Finalmente sucedió lo que nadie quería, Bosé se despidió. No sin antes dejarse convencer por el público varias veces para que cante una y otra canción más. Así pudimos escuchas “La belleza”, “Olvídame tú”, “Amante bandido” (finalmente el tema que el público nunca paro de pedir) y “Nena”. Luego vino “Sol forastero”, y en su última despedida, tras colocar sus manos en forma de cuernos generando los últimos y quizá los más fuertes gritos de toda la noche, llegó “Don Diablo”. Lima se despidió de Bosé mientras él cantaba “no tiene moral y es difícil de saciar;le gusta, y todo lo da…” y el público no dejaba de bailar.

Así fue como el divo y su público “celebraron algo que han construido juntos desde hace treinta años”. Lima quedó satisfecha con el Papitour y también quedó convencida de que pese a toda las exquisiteces del divo durante su estadía en la ciudad, él nunca va a dejar de agradecer a sus fanáticos ya que es muy consciente de que es lo que es gracias a ellos. Así como tampoco se va a olvidar de su labor por un comercio más justo en el mundo.

Bosé ya no es el de antes. Ya no es el de Tacones Lejanos, ahora es mucho más maduro. Pero es esta madurez la que le ha enseñado que tiene que ser él mismo. Sin importar lo que la gente piense de él (especialmente aquel sector de “machos” ultra conservadores), a estas alturas de su carrera Bosé sabe que sus admiradores lo adoran tal cual es. Ya no es necesario que sea ese juez por el día y esa drag-queen por la noche (como en la recordada película de Almodóvar de principios de los 90). Ahora, más libre que nunca, debe fusionar ambos papeles para poder ser él mismo. Esa gran div@ que es Miguel Bosé.





Un video casero de "Amante bandido".

P.D. Tras su primera despedida, Bosé reapareció con una camisa blanca.