jueves, 17 de julio de 2008

El diablo viste de Prada

El Diablo viste de Prada es una entretenida película que me alegró la aburrida tarde de ayer. Nunca había tenido la oportunidad de verla hasta ahora y debo decir que no me decepcionó. Fue una película que calzó a la perfección dentro de mis predicciones: alegre y divertida, ni muchas carcajadas ni pocas sonrisas; una película suave, en la que uno no tiene que complicarse la vida; nada que cambiaría mi vida por los próximos meses (o incluso años); una buena película (con defectos y virtudes), aunque no una trascendental o imprescindible.

Anne Hathaway es AndreaAndySachs. Una egresada de periodismo que consigue trabajo en una importante revista de modas dirigida por Miranda Priestly (Meryl Streep), una autoritaria y egocéntrica divinidad dentro del mundo de la moda. Andy, quien entra a la revista sin tener contacto alguno con ese mundo, asciende hasta convertirse en la primera asistenta de Miranda. El obligatorio final feliz llega cuando Andy se da cuenta de que ese mundo de cosas materiales no lleva a nada y lo abandona para regresar con su enamorado.

Meryl Streep




Lo que más me gusta del film es que la moda es vista tal cual es. Un mundo excéntrico y alocado, poblado de banalidades, pero que otorga estilo, satisfacción, belleza y poder sobre el resto. Es un mundo reservado para las clases altas, es un privilegio al cual debe someterse esa elite para la cual es tan importante la imagen. Un mundo de elegancia, lujos, belleza y placer. Ese mundo que todos odian pero a la vez que todos desean. Un mundo que todos critican, pero del cual todos quisieran formar parte.

El nuevo trabajo de Andy la llenó de problemas con sus amigos y con su pareja. Ya no era la chica humilde y relajada de antes. Ahora es una Andy no solamente mucho mejor vestida sino también mucho más bella. Una Andy que ya no pasa desapercibida entre el resto, un Andy que ahora marca tendencias, que impone su estilo, que genera un poder de atracción muy fuerte. Una Andy que sigue siendo la buena y carismática de antes, pero ahora una Andy “a la moda”.

Emily representa la moda inocente. Esas mujeres que hacen de todo por ser bellas y se dejan llevar por la corriente del mundo del glamour. Las víctimas de la moda, mujeres hermosas y sin cerebro que pasado los 40 o 50 ya no serán nada. Nigel representa a lo bueno. Él posee un alto cargo dentro de la revista. Es un personaje con mucho estilo, sus opiniones son tomadas en cuenta por Miranda. Es un personaje importante en ese mundo, que ha ganado su nombre por dedicación y esfuerzo, y que no se corrompe. Sin embargo, nunca alcanza los mayores logros (¿los buenos no trascienden?). Miranda representa a esas personas de poder dentro de la moda. Una mujer que solo necesita mover los labios para que un diseñador cambie su colección entera. Una mujer que se ha hecho muy dura con el paso de los años, que sabe lo que quiere y sabe como son las cosas. Una mujer que derrocha inteligencia, belleza y estilo. Una mujer que demuestra que para triunfar en ese mundo no es necesaria solamente una cara bonita.

Si principalmente es Nigel quien guía a Andy por su nuevo trabajo, ella toma un poco de todos. Podemos ver claramente como este mundo dejó huella en Andy a través de la metáfora de su forma de vestir. Ahora Andy es una mujer con estilo, que sabe lo que quiere y sabe lo que tiene. Ella nunca más va a vestirse “mal”.


Anne Hathaway es Andrea “Andy” Sachs




Vale la pena recordar una escena donde Miranda le explica a Andy como el mundo de la moda nos llega a todos. La chompa azul-celeste que Andy lleva puesta ,que pensó usarla para demostrarle a la gente que ella no tiene ningún interés en el vacío mundo de la moda, tiene como antecedentes una colección del 2002 de Oscar de la Renta y una posterior de Yves Saint Laurent. Luego estuvo en las colecciones de algunos otros diseñadores. Así fue como años más tarde esa chompa llegó a los almacenes. Luego fue dada de baja y fue a las tiendas de remate. Ahí fue donde ella la adquirió, sin percatarse de la millonaria industria por la cual su producto tuvo que atravesar.






Al finalizar la película el mundo de la moda continua tal cual empezó. Andy, la chica buena, no pudo cambiarlo. Ella es solo una pieza más que es reemplazada como si nada hubiera pasado. En una de las escenas finales, Miranda se cruza con Andy en la calle, la mira durante un rato, Andy la saluda y Miranda sube a su lujoso auto como si no la hubiera visto. Eso es. La industria de la moda va a seguir siendo por siempre un mundo de chicos malos, adinerados, materialistas, pero glamorosos y con mucho estilo y elegancia; donde los buenos son un recuerdo, que poco a poco se va a ir borrando con el pasar de los años.






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