domingo, 4 de enero de 2009

Dueños de la noche, dueños de sí mismos, dueños de nada... (We own the night)


Quisiera comenzar el año hablando de una de las mejores películas que pudimos ver el año pasado en nuestra cartelera local. Un filme que parecía ser más de lo mismo, pero que terminó muy bien posicionado en los rankings de las mejores películas del 2008 (aunque eso realmente no diga nada). Dueños de la noche (We own the night) de James Gray. Una película que vale mucho la pena.

El filme se inicia con una sucesión de fotografías de la policía de Nueva York de los años 80. Sin embargo, momentos después nos metemos en el personaje de Bobby Green (Joaquin Phoenix), quien dirige una importante y concurrida discoteca y la pasa muy bien junto a su novia Amada Juárez (Eva Mendes).

Este contraste de personajes, actitudes y mundos se profundiza más adelante cuando Bobby se reúne con sus familiares, altos mandos de la policía a los que no ve hace mucho tiempo y con los que al parecer nunca congenió muy bien. Mientras Bobby y su novia representan la diversión, la risa, el sexo, el juego, los cigarrillos de marihuana, el no tomarse las cosas en serio y el mundo liberal; su padre y su hermano simbolizan todo lo contrario. Ambos son dos policías serios, respetados, exitosos y admirados dentro de su institución.

Esta dualidad de mundos se introduce a un nivel aún más profundo. El padre de Bobby, Bert Grusinsky (Robert Dubai) culpa a su difunta esposa y a sus consentimientos por la irresponsabilidad de su hijo. En cambio, él sí supo como criar a su otro hijo, Joe Grusinsky (Mark Wahlberg). El hecho de que quien crió a Bobby ya esté muerta es algo simbólico para lo que sigue en la historia.

Podemos interpretar dos mundos distintos soportados por la figura del padre y la madre. La madre está muerte. El padre pronto también va a morir. Esto nos hace suponer que al derrumbarse los pilares uno debe optar por una posición neutral.

Bobby dio un cambio de 180 grados. Abandonó su vida por la vida policial. Pero la muerte del padre es símbolo de lo que se avecina en el filme. Los dos pilares han caído, por ende, como es lógico, las estructuras que dependen de ellos también. El hermano de Bobby confiesa admirar a Bobby porque el sí supo ser libre. Él, en cambio, solo hizo lo que papá quería. Bobby cambió su vida de libertades por la vida policial. Sin embargo, al ser aceptado en la escuela (esto al final de la película), parece no tomar las cosas en serio. Mientras lo destacan y lo nombran en voz alta, él conversa con su hermano. Además, en este mismo contexto, él busca a su novia entre el público. Busca a ese último legado de diversión (opuesta a la rectitud policial) que le queda.

Otro gran tema del filme es la religión. Importantes escenas ocurren en un contexto religioso (una iglesia o capilla). Pero esto es solamente aquello, un contexto. Un lugar donde se desarrollan una serie de eventos.

Al parecer, una vez más se juega con estos opuestos para optar finalmente por una posición neutral. La religión podría ser entendida como una opción similar a la rectitud y a los valores policiales (o al menos a los valores que los policías siguen en teoría). Pongamos por ejemplo una escena que ocurre casi al inicio. La familia de Bobby se encuentra en una festividad policial. Bobby llega junto a su novia, luego de haber estado fumando marihuana, y parece burlarse de esta fiesta. Él, como administrador de la discoteca de moda, parece simbolizar la verdadera diversión. Ya en la fiesta policial, Bobby es citado por su padre y su hermano para hablar. Esta conversación ocurre en una capilla. Las situaciones ya empiezan a oponerse. ¿Qué ocurre en esta conversación? Narcotraficantes, drogas, problemas familiares. Esta capilla es utilizada como cualquier cosa menos como lo que es.

Los extremos se obvian en este filme. Es por esto que el hermano no muere cuando un sicario intenta matarlo, cuando ya estaba todo dado para que ocurra. Es por esto que Bobby no muere cuando se encuentra en la boca del lobo (dentro del lugar donde los narcotraficantes procesaban la droga y junto a varios guardias armados). Es por esto que Bobby siempre estuvo junto a la mafia pero nunca formó parte de ella. Es por esto que cuando su hermano debía suceder a su padre, este abandona la policía (o al menos se refugia en un cargo administrativo). Etc. Es por este motivo que se explican una serie de situaciones a lo largo del filme.

Este filme es muy bueno. Acá no se necesita profundizar para ser profundo. Al emplear formulas conocidas por todos (presentes dentro del subconsciente cinematográfico de cualquiera) se pueden hacer cambios radicales sin problema alguno. Las situaciones se hacen muy distintas en tiempos muy cortos, tanto así que incluso otra película que emplee esto podría ser considerada como muy superficial. Sin embargo, acá se dice mucho. Se aprovecha el género y la estructura para ya no contar lo que ha sido re-contado, y detenerse más bien en situaciones distintas, o al menos impactantes.

La noche no tiene dueños, no le pertenece a nadie. Es de todos y a la vez de nadie. Es un mundo donde no hay valores ni verdades. Nadie está a salvo. Debe morir el que debe morir. Nosotros no somos dueños de nosotros mismos. Dios es solo un lugar de transito. ¿Qué es el ser humano? ¿Quién eres? Ni tu mismo lo sabes. En todo caso, tú no eres el más indicado para decirlo.

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