martes, 25 de agosto de 2009

Oops!


Rompiendo con los mandatos de cualquier manual clásico de periodismo, pretendo escribir sobre algo que es muy probable que no les importe, algo que ya pasó y que definitivamente no tiene alguna relevancia circunstancial.

Kevin Johansen estuvo en Lima. ¿Quién? Yo tampoco sabía quién era exactamente hasta que fui a verlo. Sin lugar a dudas Johansen no es un genio, ni tampoco sus canciones han ingresado a mi obsoleta lista de favoritas (ya podrán haberse dado cuenta de que canta, el muchacho). Entonces, ¿por qué escribo esto? Que tal si lo averiguamos juntos...

Alguna vez escuché mencionar a mi novia el nombre de Kevin Johansen. No recuerdo cuándo, ni dónde, pero lo que escuché definitivamente deben de haber sido elogios. Al parecer estos elogios no fueron suficientes, ya que mi interés (un motor empedernido de búsqueda de información) no decidió escribir su nombre en Google. Decidí quedarme con el vago concepto de Johansen como un cantante argentino-uruguayo-canadiense de la onda de Jorge Drexler, un “trovador postmoderno”, que le gustaba a mi novia, nada más.

Hace unos meses me topé con la noticia de que este argentino-uruguayo-canadiense venía a cantar a Lima. Mi novia me demostraba ciertas (casi nulas) intenciones de ir a su concierto, por eso no le di mucha importancia al tema. Ella casi había olvidado a su músico de tres nacionalidades y eso ciertamente beneficiaba a mi economía personal (en caso contrario hubiese sido probable que tenga que comprar una entrada para acompañarla).

Para ahorrarle al lector (si es que alguno sigue leyendo) varios párrafos aún en proceso de imaginación, en lo que viene voy a intentar ser muy puntual.

-Quería darle un regalo a mi novia.
-Me enteré que faltaba un día para el concierto.
-Fui a Teleticket y compré dos entradas.
-¡Se las regalé!

Mi lenguaje casi de telegrama evita las explicaciones sobre porqué hice eso.

Ya había llegado el día. Yo intenté prepararme bajando algunas canciones del Internet. El problema estuvo en que solo pude escuchar cuatro (dos veces la misma, “la más conocida”, una que hablaba del guacamole, y otra de una chica fashion). La verdad, mi interés por Johansen no creció mucho después de eso.

Llegamos al Santa Ursula pocos minutos antes de la hora indicada, pero todo parecía indicar que la cosa tenía para rato. Un detalle del que se percató mi novia: toda la gente era igual. El mismo personaje que hablaba detrás de mí estaba también delante de mí y ese mismo personaje hablaba con él mismo algunos metros a mi costado. Como se pueden dar cuenta, soy un poco prejuicioso; por eso he intentado no darle cargas de valor explícitas a mi último sintagma.

Ese mismo día había podido juntar un dato más sobre el concierto: Johansen estaría acompañado de Liniers. ¿Quién era este hombre? Alguien me dijo que este apelativo hacia referencia a un famoso dibujante y caricaturista argentino. Todo iba bien hasta que me percate que me habían dicho caricaturista en vez de cantante. ¿Caricaturista? La situación era incierta.

Así es como empezó el show. Para serles sinceros, fue muy fácil engancharme. La música de Johansen era bastante agradable. Una cámara sobre Liniers iba mostrando al público lo que él dibujaba. Rápidamente me di cuenta de dos cosas: en la música de Johansen hay una gran carga de humor que la vuelve muy interesante, y que Liniers parecía robarle el show a Johansen. Tal vez si hubiera venido Liniers a dibujar o a presentar un libro no hubiese ido (y menos aún lo hubiera comprado). Tal vez si Johansen hubiese cantado sólo no la hubiera pasado tan bien como la pasé. El humor era redondo: mientras Johansen cantaba Mc Guevara y Che Donalds (o algo así), Liniers dibuja el rostro del Che como el “comunista del mes”. El espectáculo fue memorable.



Epilogo

Obviamente, al llegar a mi casa intenté averiguar algo sobre estos dos personajes:

Liniers es el seudónimo de Ricardo Siri, un argentino de 35 años que es creador de historietas. Trabajó en Pagina 12 y actualmente trabaja en La Nación, donde pública “Macanudo”, historieta que ya ha salido a la luz en formato de libro en varias oportunidades.

Kevin Johansen sí tiene más de una nacionalidad, pero de todos modos mi información era incorrecta. Su padre es estadounidense y su madre argentina. Él nació en Alaska, EEUU, luego viajó para Argentina, vivió mucho tiempo en Uruguay, y ahora reside nuevamente en Argentina. Si algo puede dar en mi favor, Wikipedia da la siguiente información sobre él: “Origen: Canadá”. Aunque no me queda muy claro qué significa esto.
La discografía de Johansen muestra cinco discos, con éxito en países tales como Argentina, Uruguay, México, Chile, Bélgica y España.

Dos cosas que agregar:

Johansen en su concierto habló de Jorge Drexler (“le mandé la letra de esta canción y bla bla bla...”). Jorge Drexler en su concierto habló de Joaquín Sabina. Sabina, no habló de nadie (aunque creo que habló de Chabuca, no estoy muy seguro). ¿Esto refleja una cadena ascendente donde podemos apreciar varios “sabinitas”? Puede ser, pero son “sabinitas” con talento.

Todos (si vale usar ese término para referirme exactamente a tres personas) me dicen que la canción “Guacamole” es la canción del programa Aventura Culinaria. La verdad es que todavía no estoy tan seguro de eso. Aunque el propio Johansen le dedicó esa canción a Gastón Acurio. Habrá que indagar al respecto.




Mc Guevara's o Che Donald's:




Guacamole:

1 comentario:

Anónimo dijo...

La novia está muy agradecida