jueves, 26 de febrero de 2009

El Poeta en La Casa de Dostoievsky



Por fin pude leer "La Casa de Dostoievsky", esa novela de Jorge Edwards que ganó el Premio Planeta-Casa de las Américas 2008. Había escuchado buenos comentarios sobre la obra y además me toco leerla en un momento de mi vida donde la decisión por si el libro me gustaba o no era imprescindible (en verdad, les digo esto, pero ni yo mismo sé exactamente imprescindible para qué).

Desde que Edwards vino a Lima para presentarla me había decidido por comprar el libro. Debo admitir que antes no sabía mucho sobre él, ahora tampoco pero algo he aprendido. Edwards es un diplomático chileno que se hizo conocido por ser el primero o uno de los primeros en criticar la Revolución Cubana. De ahí nace su libro "Persona No Grata".

Cuando fui a la librería me lleve la sorpresa que la sumilla de "Persona No Grata" y la de "La Casa de Dostoievsky" eran similares. Sabía que el primero era el libro fundamental dentro de la bibliografía de Edwards, pero hace casi un año atrás ya había tomado la decisión. Compré "La Casa de Dostoievsky" y me puse a leer.

Cuando descubrí la temática del libro me di cuenta que no iba a haber pierde. Un "Poeta" chileno narra sus aventuras amorosas, sus frustraciones poéticas y sus coqueteos con el socialismo en Chile de Allende, París de fines de los 60 y en Cuba de la Revolución. Empezábamos bien.
La obra gira en torno al Poeta, nuestro anti héroe. Este personaje empieza siendo admirado por el "Chico" y por "Eduardito Villaseca", los otros personajes. Luego se deja llevar por sus sueños bohemios y su apatía juvenil hasta que poco a poco la edad lo va venciendo. Cuando se da cuenta, ya es mayor y no posee nada donde apoyarse.

Lo interesante de esta novela es que nos presenta a un típico poeta y lo hace bien. Mientras vemos que este personaje se va pudriendo por dentro, vemos que va ganando cierta fama y prestigio en algunos ambientes de la cultura popular chilena. Él se hace viejo y va arrastrando su inmadurez, su inseguridad, su pobreza, su soledad y su poesía (esto lo digo literalmente).
Sus debilidades son tres, los tres grandes temas de la obra: la poesía, las mujeres y la política. Lo vemos buscando un día el amor y al siguiente solo sexo en otra mujer. Se pasa la vida sin preocuparse por la política pero muere inscrito en un partido. Ideas un poco contradictorias que generan esa tensión de fondo que cautiva. La poesía, como ya dije, la arrastra toda su vida.
La obra empieza bien y se mantiene bien, pero al final se pierde un poco en intensidad. Desde que abrimos el libro y leímos las diez primeras páginas sabíamos que el Poeta iba a morir, porque tenía que morir. No digo que este mal que haya muerto. El problema, desde mi manera de ver las cosas, está en la poca importancia que se le otorga a su muerte. La poca sorpresa que ella genera. No hay una narración magistral del asunto ni un hecho sorprendente.

Quizá esto responde a una actitud similar del Poeta. Se le quiso dar una muerte acorde con como había vivido. Por ahí podría estar una explicación, pero si debo emitir una opinión les digo que en lo personal no me pareció la solución ideal.

En terminos generales la novela me gusto. Edwards parece ser uno de esos narradores que sin necesidad de escribir algo extraordinario siempre lo hace bien. La insistencia en las diversas formas de llamar a sus personajes me pareció un buen recurso. Por ejemplo, el Poeta, Eulalio, Eulogio. Otras veces solo el Poeta. Otras veces Eulogio. O algo así. Otra cosa que debo admitir me causó mucha gracia fue la insistencia en destacar la figura de Vicente Huidobro (tal como debe ser) y las menciones a "Nerón" Neruda.

La vida amorosa del poeta me sacó un poco de quicio, pero hay que aceptar que las cosas no van a ser siempre como uno desea. La fidelidad de Eduardito, un aristócrata que estudió derecho y que en algún momento quiso escribir poemas, me pareció otro tema un poco "jalado de los pelos". Sobre todo si encima se casa con una mujer como su esposa, capaz de sacar a varios viejos borrachos de una casa tan rápido y sin mayores complicaciones.

El personaje de El Chico me pareció para resaltar. Siempre ahí, presente, superior a Eduardito pero inferior al Poeta. Sin una voz que nos diga algo pero con una presencia que nos dice mucho. Es un personaje digno de estudio.

Esta novela es entretenida e interesante. Nos hace pasar un buen rato. Es una buena novela, de un buen escritor, pero de uno de nuestros tiempos (salvando al gran Roberto Bolaño).





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